Esta ley fue aprobada en el año 1986 y luego fue sometida a referéndum en el año 1989. En aquel entonces,
muchos uruguayos votaron mantenerla por temor, cediendo a las amenazas de los militares. Otros creyeron que con esta ley se lograba pacificar el país. Unos y otros ignoraban en ese momento el verdadero alcance de los crímenes cometidos por la dictadura. Crímenes que en aquella época eran negados enfáticamente, acusando a quienes reclamaban verdad y justicia de vengativos y revanchistas.
Pero ahora lo decidiremos sin presiones y con elementos suficientes de juicio para que esa decisión sea verdaderamente libre.
La anulación de la ley es necesaria ya que abre el camino para resolver tres conjuntos de problemas fundamentales:
El primero de ellos es el que tiene que ver con abrir las puertas para que pueda conocerse en profundidad la verdad de lo ocurrido en aquellos años, y el destino de quienes hoy continúan desaparecidos, identificando a los responsables.
El segundo conjunto de problemas que la anulación de la ley permite resolver tiene que ver con las responsabilidades del Estado frente a la comunidad internacional, la restauración del estado de derecho, restableciendo la separación de poderes y la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
El tercer conjunto de problemas tiene que ver con el futuro del Uruguay como sociedad, es el relacionado con la construcción de valores culturales sobre los que se afirma la convivencia democrática.
Votar SI en el plebiscito en cambio es optar por la vida, por la democracia, por el respeto irrestricto a los Derechos Humanos, por la independencia de Poderes. Es defender y promover la tolerancia y el respeto a la persona en todas sus dimensiones. Es afirmar el valor de la justicia, la importancia de la memoria como construcción colectiva de un pasado sobre el que todos debemos reflexionar y aprender. Es afirmar la indeclinable responsabilidad del Estado en el respeto a los derechos mas fundamentales. Es entender la defensa de los Derechos Humanos como una cuestión integral que no admite interpretaciones oportunistas y que trasciende fronteras partidarias y preferencias electorales porque afecta los valores más esenciales de nuestra cultura política.
Fuente: http://www.nulidadleycaducidad.org.uy
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