13-07
Hoy es Martes, 13 de julio 2010. Han pasado 43 días desde el sangriento asalto llevado a cabo por el ejército israelí en aguas internacionales. Durante esta incursión en el Mavi Mármara nueve personas, entre ellas un periodista, fueron asesinadas. Hoy estamos aquí como supervivientes de ese ataque, y como periodistas que no fueron silenciados por las balas israelíes. Había unos sesenta miembros de prensa, de Turquía y de todo el mundo en aquellos buques, que partieron para llevar ayuda humanitaria a los civiles de Gaza, que están encarcelados bajo un bloqueo ilegal israelí.
El asalto en la madrugada se dirigió tanto a periodistas como a civiles. Los miembros de la prensa se enfrentaron con la muerte igual que todos los demás en el barco.
Los soldados que ilegalmente abordaron el barco y abrieron fuego, por orden del Ministerio de Defensa de Israel, también nos impidieron hacer nuestro trabajo. De hecho, en última instancia, nos castigaron por hacer nuestro trabajo. Esta es una clara violación del derecho internacional. De acuerdo con el "Instrumento Internacional para la Ciudadanía y los Derechos Civiles", que ha sido aceptada por las Naciones Unidas desde 1966, y la "Primera Declaración de Principios sobre la circulación de los medios de comunicación" que ha sido preparada por la UNESCO. Esta consagra "la libertad de dar información por parte de los periodistas" y prohíbe "que se les impida la recogida de información". Derechos que Israel ha violado claramente.
Queridos amigos,
Nos enfrentamos a una intervención que fue inhumana contra el derecho internacional y en violación del más fundamental de los derechos humanos. Uno de nuestros colegas periodistas, Cevdet Kılıçlar, fue ejecutado sin piedad con una bala en la frente, sin dejar de cumplir sus funciones como periodista.
Después de que la sangrienta incursión se completase, nuestra dignidad humana fue completamente ignorada cuando nos vimos obligados a ponernos de rodillas bajo un Sol abrasador con las manos atadas a la espalda. Fue una cruel violación de nuestros derechos humanos. Nuestra libertad para reunir y mantener la información fue completamente ignorada. Las transmisiones en directo y todas las demás formas de comunicación con el mundo exterior se vieron afectadas e interrumpidas por la interferencia en nuestra conexión por satélite. Nuestras computadoras, cámaras, tarjetas de memoria, todo el equipo necesario para hacer nuestro trabajo, fue confiscado ilegalmente, fue todo robado. La gran mayoría de estos artículos no fueron devueltos. Los pocos artículos que fueron devueltos habían sido destruidos dejándolos completamente inútiles.
Además de esto, todos nuestros objetos personales, libros, ropa, zapatos, e incluso cepillos de dientes, también fueron robados. Parte de nuestro dinero y pasaportes fueron confiscados a la fuerza y nunca regresaron.
Nos arrestaron a punta de pistola. Nos pusieron esposas. Fuimos interrogados ilegalmente una y otra vez, como si fuéramos delincuentes. Hemos tenido que soportar humillantes registros corporales, búsquedas de cuerpo entero, con el fin de evitar que alguna de las imágenes llegaran al mundo exterior. Ni nuestras credenciales de prensa, ni nuestra pertenencia a las asociaciones de prensa nacionales e internacionales fueron reconocidas o respetadas. Nos dijeron varias veces, y de la forma más cruel y dura posible, que ser miembro de la prensa no significaba nada. Fuimos secuestrados y detenidos ilegalmente en la cárcel durante dos días. Durante este tiempo no se nos permitió comunicarnos con nuestras asociaciones de prensa, encargados, ni siquiera con nuestras familias. No se nos dieron abogados, de hecho muchos de nosotros ni siquiera tuvimos la asistencia consular de nuestro gobierno. No podíamos recibir información del mundo exterior, ni enviar información.
Queridos amigos,
Los derechos de prensa y las libertades que están garantizados por los acuerdos internacionales han sido incumplidos, ignorados y tratados con un desprecio absoluto por parte de Israel. El Estado de Derecho, uno de los valores comunes de toda la humanidad fue ignorado. No podemos y no debemos permanecer en silencio. Ni como seres humanos, ni como miembros de la prensa. Debemos proteger los derechos por los que muchos se sacrificaron, para que pudiéramos beneficiarnos de ellos hoy día.
Debido a esto hemos creado una plataforma llamada Flotilla Free Press (FFP). Vamos a compartir novedades y noticias sobre lo que nos pasó como periodistas en aquella noche sangrienta, y los pasos que estamos dando para asegurar nuestros derechos, en nuestro sitio web que comparte el nombre (FFP).
Hemos estado investigado nuestros derechos en el marco del derecho internacional. Hemos iniciado la acción con nuestros compañeros periodistas de todo el mundo y estamos presentando acciones legales tanto en nuestros respectivos paises como en Israel
Nosotros, como periodistas, seguiremos este proceso hasta el final demandando por daños y perjuicios psicológicos y materiales en la legislación nacional e internacional para que los culpables de este odioso crimen contra la humanidad, esta mancha en la historia de la humanidad, sean castigados y llevados ante la justicia.
De acuerdo con la información que hemos recibido de nuestros abogados sobre la situación legal de esta acción, consideramos que será beneficioso compartir con vosotros nuestras demandas tanto a las Naciones Unidas como al gobierno de Israel:
1 - Existe una prohibición contra la interceptación de barcos en mar abierto con arreglo a los acuerdos internacionales. En primer lugar, los hechos tuvieron lugar en aguas internacionales que están en mar abierto. De acuerdo a la convención de Ginebra de 1958 y la Ley Contractual del Derecho Marítimo de las Naciones Unidas de 1983, mar abierto significa, aguas internacionales que no están bajo el dominio de ningún Estado. Existe el principio de la libertad de mar abierto. El gobierno israelí cometió un delito en la interceptación y abordaje de nuestro barco en completa violación de contratos internacionales, tratados y costumbres. Los que emitieron la orden de atacar, y quienes realizaron este ataque debe ser considerados responsables por tribunales independientes e internacionales. Las decisiones resultantes de esta investigación y el enjuiciamiento se espera que estén de acuerdo con la conciencia humana y a los principios de la ley.
2 - Israel violó las leyes internacionales incautando nuestros equipos técnicos. El estado de Israel debe regresar este equipo a los periodistas, intacto y de inmediato.
3 - El ataque a la Flotilla de la Libertad fue un ataque contra la libertad de prensa. Este hecho debe ser investigado por una comisión objetiva, bajo la supervisión internacional de las Naciones Unidas. El gobierno israelí debe pagar una compensación a aquellos que han sufrido en este evento, incluyendo a sus familiares.
4 - El estado israelí ha utilizado una fuerza desproporcionada y también hizo caso omiso de las leyes de las Naciones Unidas que impiden el uso deliberado de la fuerza contra periodistas y civiles.
No había ningún tipo de armas en el barco. Por el contrario había medicinas, alimentos, equipos de juegos infantiles y otras cosas similares de ayuda humanitaria. Lo más importante, Israel lo sabía. Las Naciones Unidas deben adoptar medidas diversas, incluyendo sanciones económicas contra Israel. Tanto las Naciones Unidas como el Consejo de Seguridad debe hacer frente a esta situación, seriamente. Este incidente debe ser condenado en el más severo de los términos por el Consejo de Seguridad.
5 - Del mismo modo, las asociaciones internacionales de prensa deben preparar resoluciones de censura encaminadas al gobierno israelí, que ha impedido que los periodistas hagan su trabajo.
Vamos a persistir en nuestras demandas ante la comunidad internacional.
Seguiremos en nuestra lucha para garantizar que los medios de comunicación libres no sean atacados.
Seguiremos contando la verdad. No seremos silenciados.
Atentamente,
Periodistas miembros de Flotilla Free Press (FFP)
Etiquetas:
Internacionales
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